A lo largo de tu carrera, probablemente te hayas topado con dos actitudes totalmente equidistantes pero igual de inconscientes: el directivo que siempre tiene una excusa o una persona a la que culpar de los errores y ese otro ejecutivo que se autoproclama culpable de todos los males del mundo. Como en casi en todos los aspectos de la vida, en el término medio está la virtud. Los líderes conscientes no son ni víctimas, ni culpables, sino que saben delimitar dónde llega su responsabilidad y dónde...