Si bien la motivación intrínseca se configura como el mayor detonante para la implicación de los profesionales, no hay que olvidar la importancia que pueden tener los factores extrínsecos en la mejora del rendimiento de los trabajadores, no tanto por la medida o beneficio concreto, sino por el sentimiento de preocupación y cuidado de la compañía hacia la plantilla que unas buenas condiciones laborales denotan. Debe ser uno de los principales objetivos para los logros profesionales