El protocolo empresarial dicta normas que definen a la empresa y resaltan rasgos clave de su cultura. Sin embargo, a día de hoy se aprecia un problema generalizado de etiqueta y valores en el lugar de trabajo. Grosería y poca cortesía, falta de principios y la ausencia de toda guía como excusa para esta clase de actitudes y comportamientos agravan una situación a la que conviene poner freno.